Velamos por el buen régimen de las mismas, sus instalaciones y servicios, haciendo a estos efectos las oportunas advertencias y apercibimientos a los arrendatarios. Incluye el control del mantenimiento ordinario preventivo de los elementos e instalaciones de la finca, así como la ejecución de las reparaciones que no tengan este carácter, abarcando, desde la notificación de la avería por parte del inquilino, todo el proceso posterior hasta su liquidación. El mantenimiento tanto el preventivo como el correctivo, se podrá realizar o bien a través de la casa mantenedora, como a través de personal de la misma finca, o bien a través de personal especializado con coste adicional por obra o servicio determinado. En todo caso, se persigue una revalorización constante del inmueble.